Jueves 21 de Agosto de 2025

Entre ritos y vandalismo, amenazan el cementerio de El Saucito

El viejo cementerio de El Saucito, con sus 63 hectáreas y más de 135 años de historia, se ha convertido en un espacio donde conviven la memoria de los difuntos con la indiferencia social y el descuido institucional. A lo largo de los últimos años, el personal ha detectado tres casos de supuestos rituales de brujería y ha sorprendido a por lo menos cinco personas robando objetos de las tumbas o lucrando con ellos, lo que refleja la vulnerabilidad de este espacio patrimonial.

 

Historia

El Panteón de El Saucito es el cementerio más antiguo de San Luis Potosí, inaugurado el 16 de septiembre de 1889. Se encuentra ubicado en la avenida Fray Diego de la Magdalena, y alberga una gran cantidad de historias y personajes ilustres de la ciudad.

Historia: El panteón abrió sus puertas al público el 12 de octubre de 1889, como parte de las celebraciones del aniversario de la independencia de México.

Surgió como respuesta a la necesidad de un nuevo cementerio debido al cierre de otros panteones en la ciudad. En el panteón descansan los restos de figuras importantes como Salvador Nava, Carlos Díez Gutiérrez, Juan del Jarro, Blas Escontría, Lila López, y el general Silverio Ramírez, entre otros.

El Panteón es un testimonio histórico de la ciudad, al ser el cementerio más antiguo en funcionamiento de San Luis Potosí. Además las tumbas y monumentos funerarios son considerados un patrimonio cultural, que permite conocer la historia y las costumbres de la ciudad desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.

 

Robos y rituales

A pesar de toda esta historia, el panteón ha sido utilizado con fines ritualistas y/o de lucro. De acuerdo con el encargado del cementerio, quienes visitan constantemente las tumbas mantienen los espacios limpios, adornados y cuidados, con flores, juguetes o pertenencias que evocan al ser querido.

Sin embargo, justamente estos objetos suelen ser blanco de robo “se llevan piezas de mármol, jarrones y hasta decoraciones personales”, lamenta el encargado.

En algunos lotes antiguos, clausurados tras detectar prácticas de brujería, el personal halló veladoras y muñecos con alfileres, objetos comúnmente asociados con rituales de magia negra. Aun así, el director subraya que nunca se ha encontrado evidencia de profanación de restos humanos.

Los rumores sobre supuestas exhumaciones clandestinas, asegura, surgen de la desinformación, y agregó que "En 4 años jamás se ha movido una tumba ni sacado un hueso. Existe un osario para restos de fosas temporales, pero nunca hemos tocado una fosa directamente”.

 

Féretro expuesto: ¿negligencia o ritos de brujería?

Hace unos días el hallazgo de un féretro abierto con restos humanos aún visibles en el panteón, encendió la alarma entre visitantes y vecinos, quienes denunciaron el riesgo sanitario y la falta de supervisión en uno de los cementerios más concurridos de la capital potosina.

El ataúd se encontraba a la intemperie en la manzana 94 de la calle 10, con huesos y pertenencias del difunto a la vista de cualquiera que transitara por la zona.

En fotografías difundidas, se aprecia con claridad que se trata de un féretro, lo que aumentó la indignación ciudadana. Sin embargo, más allá del posible descuido en el mantenimiento del lugar, surge otra preocupación, la época del año en la que proliferan prácticas clandestinas de brujería.

No se descarta que los restos humanos hayan quedado expuestos como consecuencia de actos deliberados. La extracción de huesos con fines esotéricos y rituales ocultistas ha sido denunciada en repetidas ocasiones en distintos panteones del país, y El Saucito no estaría exento de estas prácticas.

 

Vandalismo, principal denuncia

A pesar de lo anterior, la Fiscalía General del Estado confirma que los reportes recientes en cementerios locales corresponden principalmente a daños materiales en lápidas o actos de vandalismo menor, sin carpetas abiertas por profanación de tumbas o prácticas ligadas a brujería. No obstante, el Código Penal del Estado contempla penas de hasta nueve años de prisión para quienes cometan inhumaciones ilícitas, profanación de cadáveres o exhumaciones ilegales, dependiendo de la gravedad del acto.

 

Deterioro del panteón

Más allá de lo jurídico, el deterioro del panteón El Saucito también expone un abandono colectivo. El director recuerda que la diferencia entre panteón, cementerio y camposanto radica en la religión y el uso ritual del espacio, pero en todos los casos debería prevalecer el respeto.

Señaló que “Este es un lugar de luto. Nosotros hacemos limpieza, pero la ciudadanía también debe apoyar, no tirar basura, regularizar predios temporales y cuidar la memoria de sus difuntos”.

El cementerio viejo es más que un terreno de 63 hectáreas, es un archivo de la historia potosina, un testimonio de generaciones y una responsabilidad compartida entre autoridades y ciudadanos. Ignorarlo o relegarlo al olvido no solo lo convierte en tierra fértil para el vandalismo y la superstición, sino que erosiona poco a poco el respeto por la vida, la muerte y la memoria.

 

 

 

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